Las leyes y la censura
Alberto Vieyra G. viernes 15, Ene 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Enconado debate a nivel mundial ha desatado la censura de las “benditas” o “malditas” redes sociales en contra del lunático Donald Trump, la bestia trumpiana, a quien las poderosas empresas de Facebook, Instagram, Snapchat, YouTube, Twitch, TikTok y Parler (una red alternativa que usan muchos de sus seguidores) equipararon a Trump de “terrorista” estar llamando a la insurrección en Estados Unidos con la cantaleta de que le “robaron la elección presidencial”, del pasado 3 de noviembre.
El asalto al Capitolio seria la gota que derramó el vaso para el silenciamiento de Donald Trump, lo que ha motivado el debate mundial sobre si las empresas propietarias de las redes sociales violaron las leyes que consagran la libertad de expresión, utilizando el argumento de la amenaza a la unidad y la seguridad nacional.
Tras lo ocurrido en el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero, varias naciones europeas, entre ellas Alemania, Inglaterra, Francia, Rusia, China, Brasil y México, tronaron y no pocos observadores internacionales y analistas coinciden en que esas empresas cibernéticas se han convertido en “las mejores amigas del Estado y facilitadoras de la censura”, como lo afirma el activista ruso Alexei Navalny.
El fenómeno Trump amerita que muchas naciones en el mundo revisen las leyes en materia de comunicación y libertad de expresión para meter al aro a todas las empresas dueñas de redes sociales para que se sujeten a una férrea regulación, en la que sin duda se tendrá que diferenciar en qué momento se le aplica a un gobernante, personaje público o a los ciudadanos de a pie la censura, cuando pongan en peligro la unidad nacional o causen daños morales y económicos a terceros.
En este debate está inmerso el árbitro electoral de México, el INE y el presidente, Andrés Manuel López Obrador que se niega a obedecer los principios constitucionales que consagran los artículos 41 y 134 de Constitución mexicana que le marcan un límite al Jefe del Ejecutivo para opinar sobre sus adversarios políticos en tiempos de los procesos electorales. Sí, AMLO tiene límites y que no se olvide que la reforma electoral de 2007 se llevó a cabo motivada por el entonces presidente Vicente Fox, quien parecía “chachalaca” hablando en contra el árbitro electoral y los adversarios al PAN. Fue cuando AMLO le llamó ¡ya cállate chachalaca!
AMLO se dice amordazado y efectivamente, lo amordaza la Constitución y no el INE, que solamente le exige ceñirse a la Constitución que juró cumplir y hacer cumplir. López Obrador pasó de condenar la suspensión de las cuentas de Donald Trump en Twitter y Facebook a decir que él mismo era víctima de censura por parte del Instituto Federal Electoral (INE), cuyo presidente consejero, Lorenzo Córdova, le salió muy respondón, recordándole que las conferencias mañaneras del Ejecutivo no podrán transmitirse íntegras durante las campañas electorales, que se iniciarán el 4 de abril. AMLO, como si fuera un chiquillo se puso a chillar y a despotricar contra el INE, al decir “Como que ya está de moda a nivel mundial la censura, ya nos quieren silenciar (…) es una actitud de mucha intolerancia”. No, nada de intolerancia, eso es mentira, señor Presidente.
AMLO confunde las bolas de billar con las perlas de éter. Él sostiene la peregrina y demagógica tesis de que el pueblo está por encima de la constitución y las leyes, o que el pueblo es él y nadie más que él y que me perdone, pero eso es rendirle culto a otro mentiroso llamado Donald Trump que en Estados Unidos profirió durante 4 años más de 22 mil mentiras y recordemos que la mentira es propia de satanás, “el padre de la mentira” y la mentira y el engaño han llevado a los norteamericanos a que hoy el imperio de las barras y las estrellas esté a punto del colapso.
Al paso que vamos, ni lo dude usted en que las poderosas empresas que silenciaron al populista de derecha Donald Trump, lo hagan también en México con otro populista de izquierda llamado Andrés Manuel López Obrador, cuya tarea fundamental ha sido la de dividir y confrontar a los mexicanos. Al paso que va la nación azteca no descartemos escenarios, eso sí de intolerancia dictatorial en México. Dios guarde la hora, pues se decía en aquella penetrante publicidad electoral de 2006 “¡López Obrador es un peligro para México!”.